El Pontífice hizo estas manifestaciones ante unas 50.000 personas, entre ellas representantes de las iglesia caldea y de otras iglesias de Oriente Medio, que asistieron en la plaza de San Pedro al rezo del ángelus.
"He conocido con profunda tristeza las trágicas noticias de los recientes asesinatos de cristianos en la ciudad de Mosul y he seguido con viva preocupación otros episodios de violencia perpetrados en esa martirizada tierra iraquí contra personas inermes de diferentes religiones", denunció el Papa.
El Obispo de Roma, que reapareció hoy en público tras una semana retirado de ejercicios espirituales, agregó que en estos días ha rezado por las víctimas y por la paz y la restauración de la seguridad en ese país.
El Papa exhortó a las comunidades cristianas de Irak -una exigua minoría en un país donde es mayoría el islam- a "no cansarse de ser fermento del bien para la patria a la que pertenecéis a pleno título desde hace siglos".
Después, dirigiéndose a las autoridades de Bagdad, Benedicto XVI dijo: "en la delicada fase política que está atravesando el país, pido a las autoridades civiles que realicen todos los esfuerzos para garantizar la seguridad a la población, en particular a las minorías religiosas más vulnerable".
El Papa Ratzinger hizo votos para que "no se ceda a la tentación" de favorecer los intereses de parte frente a la incolumidad de todos los ciudadanos.
Benedicto XVI tuvo palabras de afectos para los cristianos iraquíes presentes en la plaza, a los que reiteró su solidaridad.
Desde mediados de febrero han sido asesinados ocho cristianos en en Mosul, al norte de Irak, donde se concentra el mayor numeros de cristianos en ese país, unos 15.000.
Los pasados años también fueron asesinados varios sacerdotes y el arzobispo de Mosul Boulos Faray Raho.
Los cristianos que viven en Irak son unos 800.000, casi el tres por ciento de la población del país, y la mayoría de ellos, unos 600.000, pertenecen a la Iglesia Caldea, católica de rito oriental.
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